Félix Herráez

FÉLIX HERRÁEZ (Madrid, 1891 – 1976).
“Paisaje”.
Acuarela sobre papel.
Firmado en el ángulo inferior izquierdo.
Medidas: 50 x 70 cm; 66 x 83 cm (marco).
Félix Herráez, pintor madrileño, aparece en su obra de paisajista como un observador atento. De ahí que el impresionismo y lo constructivo, lo ágil y lo cromático, tengan en sus lienzos tan amplias manifestaciones. Pero Herráez se sustrae de muchas influencias ajenas para crear la obra propia; obra que la caracteriza una serenidad, un exigente estudio de ambientes en donde la impresión realista se encuentra exaltada por la mayor riqueza de color siempre. Herráez aparece ante los paisajes como un expectante que ve en ellos la máxima serenidad. De sus cuadros huye lo dramático, lo fugaz, para dar presencia a una grata inquietud que se acompaña siempre de la más íntima poesía. Félix Herráez aborda luego aspectos de paisajes diversos de España; ellos aclaran su paleta dando por resultado que la unidad conceptiva de pintor de la serena naturaleza se vea aumentada por el interés dela variedad. Herraez reconocería en diversas ocasiones, a lo largo de su vida a Joaquín Sorolla, quien le orientaría en el dificilísimo género de la Acuarela, en el cual Herráez destacó con luz propia convirtiéndose en un consumado y reconocido Maestro. La búsqueda del apunte rápido y directo del natural marcaría su producción y su visión del trabajo artístico de pintor. Alejado, igual que su maestro, de la pintura estudio y de la luz artificial, Herráez se trasladaba con caballete y pinturas a los diversos emplazamientos que deseaba captar en sus obras, siguiendo así las tendencias de un impresionismo tardío, que en España pasó a denominarse como Luminismo, del cual Sorolla sería su más destacado representante.

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